USO DE LA HERBOLARIA EN EL CUIDADO DE LA SALUD
Introducción
La medicina tradicional
En términos generales, se entiende por medicina tradicional como “el conjunto
de todos los conocimientos teóricos y prácticos, explicables o no, utilizados
para diagnóstico, prevención y supresión de trastornos físicos, mentales o
sociales, basados exclusivamente en la experiencia y la observación y
transmitidos verbalmente o por escrito de una generación a otra. Puede
considerarse también como una firme amalgama de la práctica médica activa y
la experiencia ancestral".
Se dice que la medicina tradicional es un sistema, en tanto que tiene un
complejo de conocimientos, tradiciones, prácticas y creencias; porque dichos
componentes se estructuran organizadamente a través de sus propios agentes,
los cuales son los especialistas terapeutas, parteras, promotores, sobadores;
que posee sus propios métodos de diagnóstico y tratamiento, además de sus
propios recursos terapéuticos como lo son las plantas medicinales, animales,
minerales y porque existe población que confía en ella, lo solicita y los practica.
En este concepto abierto caben una diversidad de tradiciones médicas de
origen diferente al de los pueblos indígenas. Por ello referiremos la
especificidad de la medicina indígena como “medicina indígena tradicional”,
que se diferencia de otras tradiciones muy presentes en la llamada medicina
popular, principalmente de tradición campesina.
En la actualidad el estudio de las plantas medicinales como uno de los recursos más importantes de la Medicina Tradicional Popular Mexicana, entra en una etapa de difundido interés en el medio médico y científico nacional. Esta situación obedece, en parte, al convencimiento provocado por la crisis económica, de que los recursos vegetales del país deben ser estudiados para afrontar carencias, abaratar los costos de medicamentos que son cada vez más difíciles de adquirir, y que al mismo tiempo aporten tratamientos eficaces sin los consabidos efectos secundarios nocivos. Es notorio que en el ámbito internacional y nacional, se replantea la utilidad y vigencia de la Herbolaria.
En años recientes ha surgido un renovado interés en todo el mundo por estudiar los productos naturales derivados de vegetales, la industria farmacéutica ha sido testigo del inicio de una nueva relación entre la medicina botánica y la ciencia del descubrimiento de nuevas drogas, por su aplicación en áreas tan importantes como la medicina, la agricultura o la contaminación ambiental entre otras
La etnofarmacología, la podemos definir como la observación, identificación, descripción, y experimentación de ingredientes y efectos de drogas utilizadas en las sociedades indígenas. Básicamente se dedica al estudio de plantas bioactivas encontradas en los sistemas médicos tradicionales de las sociedades primitivas. Las hierbas son una alternativa razonable y económica a los agentes alopáticos occidentales, ya que por definición las medicinas herbales son, extractos o productos crudos derivados de plantas, drogas de origen natural, que contienen constituyentes tanto inertes como activos, más que moléculas aisladas individualmente.
Esta recuperación del conocimiento de lo natural se ha visto favorecida como cita Pamplona en nuestra sociedad por las siguientes causas:
- El descubrimiento de graves efectos secundarios en fármacos de síntesis;
- Un mayor conocimiento químico, farmacológico y clínico de las drogas vegetales y sus productos derivados;
- El aumento de la automedicación, ya que los productos fitoterapéuticos son, en general menos peligrosos y por lo tanto más aptos para la automedicación;
- El desarrollo de métodos analíticos que garantizan un mejor control de calidad; y
- El desarrollo de nuevas formas de preparación y de administración de las drogas vegetales y sus extractos.
Panorama histórico de la herbolaria
La medicina biológica o convencional
Es la medicina científica, la que se estudia en las universidades y cuyo
paradigma básico se funda en las relaciones causa efecto lineales entre las
carencias, los microorganismos, los procesos orgánicos y los factores
relacionados con el ambiente y el desarrollo de la enfermedad y por tanto su
curación. La medicina convencional se apoya en la farmacopea química para
sus tratamientos, en los recursos de la cirugía biológica, el empleo de
instalaciones hospitalarias y los equipamientos e instrumental específico.
La medicina convencional es la medicina según la practican aquellas personas
que tienen títulos de doctor en medicina y sus profesionales asociados de la
salud, como fisioterapeutas, psicólogos y enfermeras tituladas. La realidad es
que ve al enfermo fragmentado, por especialidades, de manera no integral, con
poca comunicación entre unos y otros médicos, “sin un director de orquesta”
que integre el tratamiento, y sin contemplar al paciente como persona. Otros
términos para la medicina convencional incluyen alopatía; medicina occidental,
formal, ortodoxa y ordinaria y biomedicina.
Esta medicina, se asume como universalmente válida en todas las
circunstancias sociales posibles; basada en ese hecho, se hegemoniza como el
centro de la organización de los servicios de salud. En razón de sus éxitos
(científicos y económicos), esta medicina se ha extendido como enfoque rector
de las políticas de salud de la mayoría de los gobiernos.
Si la medicina se define como la habilidad para tratar y curar las enfermedades, debe considerarse a los antiguos herbolarios como los precursores de la medicina moderna. La sobre-valoración de los medicamentos de patente, hace que se olvide una gran verdad: los remedios que proporciona la herbolaria también son eficaces, algunas veces tanto o más que los sintetizados en el laboratorio.
Acaso sea una exageración –pero no muy grande- decir que entre los siglos XV y XX murió más gente desangrada, purgada o envenenada por los médicos que por las enfermedades que éstos trataban de curar, todo el mundo terminaba cayendo en esas prácticas porque se suponía que no había alternativa. Dentro del campo de batalla en que se convirtió la medicina occidental, los contendientes menos peligrosos eran los herbolarios, porque aunque no contaban con tantos conocimientos de patología como los médicos formales, sus medicamentos rara vez resultaban letales, y a veces surtían efecto. Los pueblos “primitivos” empleaban básicamente las mismas medicinas que hoy nos prescriben los médicos y nos preparan los farmacéuticos. El uso de plantas para tratar enfermedades es probablemente una práctica tan antigua como la humanidad misma.
El empleo de las plantas con fines medicinales, es probablemente tan antiguo como el hombre mismo. En la mayor parte de las culturas incluyendo a las occidentales, y hasta bien entrado el siglo XVIII, la botánica era parte de la medicina, cuando las sustancias químicas comenzaron a reemplazar a las hierbas como medicinas. Actualmente, en todos los países, tanto en los pobres donde la fitoterapia constituye prácticamente la forma de tratamiento más económico y arraigada en la cultura popular, como en los altamente industrializados, las plantas son fuente de obtención de medicamentos. Más del 60 % de la población mundial sigue utilizando la herbolaria para procurar su propia salud, y alrededor del 50 % de los productos farmacéuticos utilizados hoy en día, proviene de productos vegetales.
La utilización de la herbolaria como medicina se conoce aquí en México desde tiempos remotos, las tribus que habitaban todo el territorio hacían gala de vastos conocimientos curativos, en Yucatán los mayas tenían a los ah men, o sacerdotes médicos, entre los nahuas se llamaban tícitl, su habilidad era tanta que los conquistadores preferían recurrir a ellos que a sus propios médicos, como lo comenta Francisco Javier Clavijero en su Historia Antigua de México, donde Cortés en peligro de perder su vida por una herida en la cabeza recibida en la batalla de Otumba, fue diestramente curado por los médicos tlaxcaltecas. Francisco Hernández, médico del rey Felipe II, enviado a estudiar la fauna y la flora de la Nueva España –sobre todo las plantas medicinales-, se admiraba de las “muchas hierbas, hojas, flores, raíces y semillas que empleaban en las medicinas...”
Durante el periodo colonial los españoles, especialmente la Iglesia, trataron de acabar con las prácticas médicas de los indígenas, que consideraban herejes y paganas, pero la tradición herbolaria ha persistido hasta nuestros días en todos los rincones del país. Los indígenas no sólo conservaron su propia tradición herbolaria casi intacta a través de los siglos, sino que incorporaron a ella las plantas traídas por los europeos.
En los últimos decenios la fitoterapia ha comenzado a recuperar el lugar que tenía junto a otros métodos curativos, apoyada por conocimientos científicos y análisis objetivos, ha sido despojada de su carga emocional y mítica. Los científicos se han dado a la tarea de estudiar seriamente las plantas medicinales para determinar cuáles surten efecto, cómo y por qué lo hacen.
Muchas de las plantas parecen tener, por la variedad de padecimientos a los que se aplican, el carácter de una panacea, lo que quizá se debe a la coexistencia de varios principios activos en la misma planta con interacciones sinérgicas, potencializadas o incluso antagónicas. La variedad de principios activos que contienen, lleva a preguntar si no será ésto el fundamento de la magia que las ha conservado durante tantos años como parte de nuestra idiosincrasia, sin que hasta la fecha se haya podido determinar para muchas de ellas si el efecto final tiene una base farmacológica real, el conocido efecto placebo, o una combinación de factores que van desde la susceptibilidad individual hasta el extenso poder de la mente como reguladora de las funciones del cuerpo.
La cuestión más fascinante de la herbolaria es la acción de una posible sinergia, es decir, una acción concertada de las diversas sustancias constitutivas de las plantas medicinales ¿es mayor el efecto total de una planta de lo que puede suponerse que sería la suma de los efectos de cada uno de los ingredientes químicos aislados?, ¿Tienen los medicamentos naturales algún ingrediente que neutralice los efectos indeseables de sus principios activos? Todavía no hay respuesta a esta pregunta, pero de ser afirmativa significaría que unos compuestos refuerzan la acción de otros, aumentando así el valor medicinal del principio activo de la planta.
La obesidad se ha convertido en un grave problema de Salud Pública, tanto por las enfermedades crónico degenerativas sufridas por el paciente obeso, como por los costos directos e indirectos que impactan en la sociedad, y una alternativa de ayuda para la pérdida adecuada y duradera del peso corporal son los productos herbolarios, de los cuales se tienen reportes en el uso tradicional, de una cierta efectividad. Actualmente se están llevando a cabo serias investigaciones conducentes a encontrar los mecanismos de acción de las plantas y promover su utilización en los casos donde únicamente el cambio de hábitos resulta difícil o problemático, para obtener como resultado final una reducción del peso corporal efectiva y duradera, como es el caso de la plantas y de sus componentes de Smilax moranensis y Centaurium quítense, cuyo efecto sinérgico de las dos plantas mostró ser mucho más favorecedor para la menor ganancia de peso corporal en el tiempo, en un ensayo preclínico realizado en ratas de laboratorio. Por otra parte se realizó recientemente la caracterización fitoquímica y la determinación del cromo en hojas de Tecoma stans, observando su efecto hipoglucemiante en animales con diabetes mellitus inducida en forma experimental.
Hoy día los botánicos, médicos y farmacólogos están trabajando juntos en el campo de la herbolaria, es posible que la transformen en un recurso valioso para millones de personas que no cuentan con otros medios para la curación de sus males (36-40). La Organización Mundial de la Salud hace esfuerzos en colaboración con el Centro de Medicina Tradicional de la Universidad de Illinois, en Chicago, para evaluar las plantas medicinales.
Ahora existe un renovado interés en el ámbito mundial por estudiar los efectos que tienen las plantas sobre la salud. Numerosas investigaciones internacionales aportan luz en diversos campos como lo son las acciones realizadas por los diversos compuestos de las plantas: bactericidas, inmunomoduladoras, quelantes de distintos elementos entre otras.
Los remedios herbales contra la medicina moderna
Existen distintos tipos de drogas y medicamentos para cualquier tipo de enfermedad. La principal ventaja de la medicina moderna es que los medicamentos están disponibles todo el tiempo para quienes tienen los medios económicos para adquirirlos. Lamentablemente muchas veces no tomamos en cuenta las consecuencias para nuestro cuerpo que puede acarrear el consumo de estos productos.
Por otro lado, las curas a base de plantas, rara vez tienen contraindicaciones (siempre y cuando sean prescrita por un experto). Además de ser una excelente alternativa para sanar, el costo que representa es mucho menores al de los medicamentos procesados. Basta con sumergirse un poco en el mar de posibilidades que ofrece la herbolaria y darse cuenta de los beneficios de ésta.
http://www.respyn.uanl.mx/xii/2/ensayo/uso_de_la_herbolaria.htm
http://www.bvsde.paho.org/bvsapi/e/proyectreg2/paises/costarica/medicina.pdf
http://www.salud180.com/salud-z/medicina-herbolaria-en-el-pasado-y-el-presente
Actualmente, existe una gran documentación científica relacionada con la herbolaria mexicana, ya que es el recurso más conocido y accesible para muchos núcleos de la población en México.
ResponderEliminarEs muy bueno conocer los orígenes de nuestras raíces y sobre todos si estas son beneficiosas para nuestra salud
ResponderEliminarMuchas personas dudan de la efectividad de la herbolaria, pero Universidades de gran prestigio en México ofertan la Licenciatura en Herbolaria y diversos países ofrecen cursos y diplomados para enseñar a las personas a utilizar esta técnica milenaria...no perdamos nuestras raíces!
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